26 Se dieron éstos a buscar con toda su suerte de pesquisas a los
amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que les castigaba y escarnecía.
27 Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que
dejaron de aparecer profetas.
28 Entonces todos los amigos de Judas se reunieron y dijeron a
Jonatán:
29 «Desde la muerte de tu hermano Judas no tenemos un hombre
semejante a él que salga y vaya contra los enemigos, contra
Báquides y
contra los que odian a nuestra nación.
30 Por eso, te elegimos hoy a ti para que, ocupando el lugar de tu
hermano, seas nuestro jefe y guía en la lucha que sostenemos.»
31 En aquel momento Jonatán tomó el mando como sucesor de su
hermano Judas.
32 Al enterarse Báquides trataba de hacer morir a Jonatán.
33 Pero Jonatán lo supo y su hermano Simón y todos sus partidarios y
huyeron al desierto de Técoa, donde establecieron su campamento junto a
las aguas de la cisterna de Asfar.
34 (Báquides se enteró un día de sábado y pasó con todas las tropas al
lado de allá del Jordán.)
35 Jonatán envió a su hermano, jefe de la tropa, a pedir a sus amigos
los nabateos autorización para dejar con ellos su impedimenta, que
era
mucha.
36 Pero los hijos de Amrai, los de Medabá, hicieron una salida, se
apoderaron de Juan y de cuanto llevaba y se alejaron con su presa.
37 Después de esto, Jonatán y su hermano Simón, recibieron la
noticia de que los hijos de Amrai celebraban una espléndida boda y traían
de Nabatá, en medio de gran pompa, a la novia, hija de uno de los
principales de Canaán.
38 Recordaron entonces el sangriento fin de su hermano Juan y
subieron a ocultarse al abrigo de la montaña.
39 Al alzar los ojos, vieron que avanzaba en medio de confusa
algazara una numerosa caravana, y que a su encuentro venía el novio,
acompañado de sus amigos y hermanos, con tambores, música y gran
aparato.
40 Salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para
matarlos. Muchos cayeron muertos y los demás huyeron a la montaña. Se
hicieron con todos sus despojos.
41 = La boda acabó en duelo y la música en lamentación. =
42 Una vez tomada venganza de la sangre de su hermano, se
volvieron a las orillas pantanosas del Jordán.
43 Al enterarse Báquides, vino el día de sábado con numerosa tropa a
las riberas del Jordán.
44 Jonatán dijo a su gente: «Levantémonos y luchemos por nuestras
vidas, que hoy no es como ayer y anteayer.
45 Delante de nosotros y detrás, la guerra; por un lado y por otro, las
aguas del Jordán, las marismas, las malezas: no hay lugar a donde retirarse.
46 Levantad, pues, ahora la voz al Cielo para salvaros de las manos
de vuestros enemigos.»
47 Entablado el combate, Jonatán tendió su mano para herir a
Báquides y éste le esquivó echándose atrás,
48 con lo que Jonatán y los suyos pudieron lanzarse al Jordán y ganar
a nado la orilla opuesta. Sus enemigos no atravesaron el
río en su
persecución.
49 Unos mil hombres del ejército de Báquides sucumbieron aquel día.
50 Vuelto a Jerusalén, hizo Báquides levantar ciudades fortificadas en
Judea: la fortaleza de Jericó, Emaús, Bet Jorón, Betel, Tamnatá, Faratón y
Tefón, con altas murallas, puertas y cerrojos
51 y puso en ellas guarniciones que hostilizaran a Israel.
52 Fortificó también la ciudad de Bet Sur, Gázara y la Ciudadela, y
puso en ellas tropas y depósitos de víveres.
53 Tomó como rehenes a los hijos de los principales de la región y
los dejó bajo guardia en la Ciudadela de Jerusalén.